Es este un tema donde tanto hay que decir, y a la vez, es este un medio donde la información requiere ser tan inmediata, que comenzaré por dar algunos "tips" que puedan ser de utilidad para los directores.
Prepare siempre lo que va a trabajar en el ensayo. No se aparezca frente al coro sin saber qué quiere, sin tener una idea del sonido que busca, sin conocer lo que debe escuchar. En cuanto el grupo note que el director no está preparado, el respeto puede perderse y costará mucho trabajo recuperarlo, si es que eso fuese posible.
Aunque esté trabajando una articulación, o la conducción de una frase, o la pronunciación correcta de un texto, no descuide la exigencia de la afinación y la correcta emisión vocal. Cantar bien y afinado debe ser un hábito y para ello hay que hacerlo notar toda vez que sea necesario.
Al trabajar determinado pasaje con una de las cuerdas o voces del coro, esté pendiente de que mientras tanto hay otros coralistas que no están cantando. Sea eficiente con su tiempo pero también con el de los demás. No dedique demasiado tiempo a un solo grupo del coro. Si el trabajo así lo ameritara, dígale a los otros que por favor brinden ese tiempo, para que ellos sepan que están siendo tomados en cuenta aunque no canten.
Dé instrucciones claras y precisas de lo que quiere. Cuando necesite repetir un trozo, no lo haga sin antes decirle al coro por qué requiere hacerlo. Ojo: explíquelo también y con más pertinencia si el coro es de niños. Lo merecen, aprenderán y estarán más pendientes la siguiente vez.
Cuando requiera mejorar la manera de cantar de algun coralista, trate de hacérselo saber de una forma positiva. Especialmente si el coro es de adultos, es un buen ejercicio pedir lo que se quiere y no decir lo que no se quiere. Recuerde que al hablarle a uno, lo está haciendo frente a todo el coro, por lo que esta persona agradecerá que no exponga sus errores sino que le diga las cosas como sí quiere que sean.
Si se diera el caso en el que hay un trozo que no sale bien y usted no lo pudo prever ni preparar posibles soluciones, márquelo y déjelo para el próximo ensayo, cuando tenga oportunidad de pensar con tiempo la mejor manera de resolverlo.
Una de las proezas más difíciles de lograr con nuestros coros, sean de niños o de adultos, es que hagan silencio una vez que dejan de cantar. Que no comenten entre sí. Es la labor educativa más ardua y lamento decir que con menos satisfacciones, pero pienso que esto se debe simplemente a que hay que enseñarlo con la misma insistencia con la que trabajamos la afinación o el comenzar juntos. Animemos a nuestros coralistas a no temerle al silencio.
Prepare siempre lo que va a trabajar en el ensayo. No se aparezca frente al coro sin saber qué quiere, sin tener una idea del sonido que busca, sin conocer lo que debe escuchar. En cuanto el grupo note que el director no está preparado, el respeto puede perderse y costará mucho trabajo recuperarlo, si es que eso fuese posible.
Aunque esté trabajando una articulación, o la conducción de una frase, o la pronunciación correcta de un texto, no descuide la exigencia de la afinación y la correcta emisión vocal. Cantar bien y afinado debe ser un hábito y para ello hay que hacerlo notar toda vez que sea necesario.
Al trabajar determinado pasaje con una de las cuerdas o voces del coro, esté pendiente de que mientras tanto hay otros coralistas que no están cantando. Sea eficiente con su tiempo pero también con el de los demás. No dedique demasiado tiempo a un solo grupo del coro. Si el trabajo así lo ameritara, dígale a los otros que por favor brinden ese tiempo, para que ellos sepan que están siendo tomados en cuenta aunque no canten.
Dé instrucciones claras y precisas de lo que quiere. Cuando necesite repetir un trozo, no lo haga sin antes decirle al coro por qué requiere hacerlo. Ojo: explíquelo también y con más pertinencia si el coro es de niños. Lo merecen, aprenderán y estarán más pendientes la siguiente vez.
Cuando requiera mejorar la manera de cantar de algun coralista, trate de hacérselo saber de una forma positiva. Especialmente si el coro es de adultos, es un buen ejercicio pedir lo que se quiere y no decir lo que no se quiere. Recuerde que al hablarle a uno, lo está haciendo frente a todo el coro, por lo que esta persona agradecerá que no exponga sus errores sino que le diga las cosas como sí quiere que sean.
Si se diera el caso en el que hay un trozo que no sale bien y usted no lo pudo prever ni preparar posibles soluciones, márquelo y déjelo para el próximo ensayo, cuando tenga oportunidad de pensar con tiempo la mejor manera de resolverlo.
Una de las proezas más difíciles de lograr con nuestros coros, sean de niños o de adultos, es que hagan silencio una vez que dejan de cantar. Que no comenten entre sí. Es la labor educativa más ardua y lamento decir que con menos satisfacciones, pero pienso que esto se debe simplemente a que hay que enseñarlo con la misma insistencia con la que trabajamos la afinación o el comenzar juntos. Animemos a nuestros coralistas a no temerle al silencio.
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