lunes, 30 de diciembre de 2013

Despedidas a través de 2013

El año 2013 fue el de la despedida de especiales figuras del mundo coral, a quienes tuve el gusto y la suerte de haber conocido personalmente, algunos muy cercanos. Partieron Eric Ericson, Andrea Veneración, Vic Nees y recientemente falleció, Dolf Rabus. 



Tomada de: Wikipedia

A Eric Ericson (Suecia, 26 de octubre 1918 – 16 de febrero de 2013), autoridad sin discusión en la técnica y la interpretación coral, lo conocí en  el Simposium de Música Coral celebrado en el año 1990. Ya era un señor mayor, y ¡cómo dirigía! (seguramente justo por eso). También llevaba a cabo unas clases magistrales de dirección coral para alumnos avanzados provenientes de distintas partes del mundo. En ese entonces, yo no pensaba entrar en esa rama de la música. De él, el maestro Celibidache dijo que era “el director de coros más grande de su época”. Gracias a youtube, es posible encontrar algunos videos que vale la pena ver, como por ejemplo: 


en el que dirige a sus coterráneos, The Real Group. En él podemos apreciar una gestualidad totalmente al servicio de la calidad sonora y a la idea interpretativa. No es el fin de estas palabras hacer una biografía de las personalidades referidas sino transmitir la experiencia personal de lo que esos encuentros me brindaron. Ericson fue un pilar fundamental en la escuela de dirección de Suecia con importante influencia a nivel mundial. Sus alumnos han sabido honrar esa herencia. Actualmente se lleva a cabo en Estocolmo el concurso de dirección coral más exigente que yo conozca. En él han brillado excelentes jóvenes directoras y directores que hacen vida hoy en día en el mundo coral. 
Tomada de: Redactie.be

Al compositor belga Vic Nees (Bélgica, 08 de marzo de 1933- 14 de marzo de 2013) lo conocí en 1991, en el Europa Cantat que se realizó en Vitoria, País Vasco. Tuve la suerte de participar en un taller dirigido por él con su propia música.  Luego, el maestro fue invitado a dictar un taller en Venezuela y posteriormente, nos vimos en subsiguientes festivales corales internacionales hasta la última vez, en el año 2009, en que coincidimos en Namur, Bélgica cuando yo ensayaba para dirigir al Coro Mundial de Jóvenes (World Youth Choir, Session 2009). La música de este compositor siempre me ha fascinado, especialmente por su tratamiento del ritmo y la manera en que juega con el acento y las palabras. He tenido la oportunidad de dirigir varias de sus obras, tanto para coro mixto como para voces iguales. Un repertorio que incluya alguna de sus composiciones, eleva el concierto de cualquier coro. En la maravillosa herramienta que es youtube podemos escuchar:  



estreno de una obra para coro de mujeres, realizado en el 12th International Chamber Choir Competition Marktoberdorf, Alemania, que tuve el gusto de presenciar como jurado en el año 2011. Otras obras que merece la pena estudiar y escuchar, aunque no las conseguí en youtube, son el Magnificat, que ha sido grabado por la Schola Cantorum de Venezuela, bajo la dirección de Alberto Grau y el Regina Coeli-Blue be it, también para coro mixto, una de las que he tenido ocasión de dirigir.  Su padre, Staf Nees, era también compositor. Vic compuso hasta el último momento. Siempre que lo veía transmitía paz. Era un místico.


Tomada de: gmanetwork.com

Andrea Veneración (Filipinas, 11 de julio de 1928 -  09 de julio de 2013) sacudió mis oídos ‘dirigiendo’ su coro, los Madrigal Singers de Filipinas, en el año 1989, en el Concurso de Coros de Neuchatel, Suiza. En esa oportunidad recuerdo en especial su interpretación del Aleluia de Randall Thompson, en la que particularmente los crescendi no parecían realizados por un instrumento vocal, con necesidad de respirar. Era la primera vez que los escuchaba, sentados, la directora sentada también, a un lado, sin usar sus brazos. Sólo la cabeza y la cara así como leves movimientos de torso al respirar o hacer alguna otra indicación expresiva.  Al terminar la interpretación nadie era capaz de aplaudir y pasaron alrededor de diez segundos de absoluto silencio hasta que nos dimos cuenta de que lo que habíamos escuchado era de esta tierra, o quizás más bien, fue en esta tierra. Por si fuera poco, cantaron Let it be, de los Beatles, en una versión muy emotiva y efectiva. La sincronía del grupo era impactante y no había sino que escuchar cómo el sonido se movía, con apenas suaves movimientos, en la escena. En youtube no fue fácil conseguir un video nítido donde apareciera ella dirigiendo, así que aunque en este enlace la música empieza al minuto treinta segundos, aproximadamente, y la calidad sonora y visual no es óptima, vale la pena escuchar la interpretación y verla al mando aunque no se aprecie tanto. Es uno de los madrigales más bellos de Claudio Monteverdi. 





Con respecto a Dolf Rabus (04 de abril de 1946 –  18 de diciembre de 2013), es difícil escribir sobre él y no emocionarse, primero, por lo reciente de su deceso y luego por lo cercano y amigable que era con todos los que lo conocimos. Su presencia constante en todos los festivales prestigiosos, donde ocurriera la noticia coral, seguirá por siempre pero ahora desde la nostalgia, del no poderlo ver.  Dolf era un apasionado de la música coral, además de músico y arquitecto, pero en mi relación con él yo lo veía principalmente como organizador y cabeza de los Modfestivals en Marktoberdorf y con su inseparable cámara registrando todos los conciertos en los que estaba presente. Tiene un canal en youtube 

Canal YouTube Dolf Rabus

increíblemente valioso para los profesionales y aficionados de la música coral, para ver/escuchar coros de todas partes del mundo, diversos repertorios, múltiples escenarios. Es un documento de más de dos mil videos, aporte valiosísimo que dejó para la posteridad. Sin duda, extrañaremos a ese gigante de mirada dulce,  hablar pausado, y sempiterna sonrisa.

Han sido cuatro de las personas  a través de quienes me he podido asomar primero y luego adentrar, en el mundo coral en distintos momentos de mi vida.  Ahora que veo hacia atrás, agradezco haberme encontrado con ellos. Han sido excelentes modelos, profesionales y humanos.


lunes, 24 de junio de 2013

Regalos del POP ROCK

Luego de algún tiempo sin escribir por aquí, reaparezco para compartir con ustedes algo de lo que he vivido en la última temporada. Me refiero al reciente trabajo llamado ‘Pop Rock a Coro’, realizado con Aequalis Aurea, la Coral Juvenil del Colegio Humboldt y acompañados por Álvaro Falcón (guitarra eléctrica), Valeria Falcón (bajo eléctrico) y Edgar Saume (batería).

Desde hace tiempo he querido acercarme a canciones y autores que han dejado alguna influencia en mi vida y que no pertenecen, de manera original, al estilo de música coral que suelo realizar. Siempre tuve ‘el gusanito’ de querer hacer algo con guitarra eléctrica, batería y con obras que ya hoy en día han trascendido el tiempo y las fronteras, y son conocidas por el público, como por ejemplo, Bohemian Raphsody y Let it be. Finalmente me decidí. Seleccioné el repertorio, busqué los arreglos, adapté algunos, hice otros y surgió entonces un grupo de obras hechas famosas por los siguientes grupos y cantantes: Los Beatles, Abba, Queen, Michael Jackson, Sting, y una selección de obras de musicales de Andrew Lloyd Weber (un mosaico o pot-pourri) y de Jonathan Larsson (Rent).  El montaje de estas obras requirió de un trabajo de mucha dedicación y exigencia.  Escuchar conversar  en los ensayos a Álvaro y Edgar sobre la mejor manera de tocar determinados pasajes, verlos ejecutar con su reconocido profesionalismo estas canciones, presenciar su estudio y práctica fue absolutamente una escuela para mí.

El acercamiento a este tipo de música no es distinto al que exige una partitura de Miklós Kocsár o de Juan Bautista Plaza. Requirió tiempo de estudio, de ensayos, de análisis. El coro y yo fuimos recorriendo esos caminos nuevos para nosotros, de la mano de la intuición, de la escucha a los intérpretes originales, experimentando un empleo distinto de la voz, atreviéndonos a probar opciones y siempre con un profundo respeto por la Música.  Confieso que no pensé que el trabajo de este repertorio sería tan arduo.  Tan sólo Bohemian Rhapsody era como estudiar una sinfonía.  Comparto algunos ejemplos: cuando escuchamos atentamente a estos intérpretes, detectamos lugares en los que no atacan las notas de manera directa, sino con un leve portamento o deslizando el sonido desde una distancia un poco menor.  También es importante trabajar las articulaciones, la conducción musical, las intensidades. Los acordes deben estar balanceados y el trabajo de homegeneidad de las vocales es necesario moldearlo, tal como lo haríamos con otro género, tal como lo hace Queen en su inicio de Bohemian, por citar un ejemplo.

Al hablar de la dicción no hablo sólo por el idioma en sí, que en nuestro caso requiere mayor dedicación al tratarse de obras escritas en una lengua distinta de la materna, sino porque la escogencia de las palabras está muy vinculada con la articulación rítmica, especialmente en Mamma mia, de Abba, o Lady Madonna de los Beatles. Muchas veces el color de las voces requiere ser más nasal o abierto, pero siempre considerando la calidad y la salud vocal. Hay que destacar las consonantes, valorar los silencios, sorprender con contrastes, crear atmósferas, por ejemplo en Fragile, de Sting. Nos sorprendía que canciones que todo el mundo conoce implicaran adentrarse en tantos detalles de interpretación. Aprendimos a valorarlas aún más, ya no sólo desde el acercamiento emotivo por lo que esas canciones han marcado, sino como obras musicales en sí, tal como lo son.

La Música se manifiesta de diversas maneras, de la mano de Lennon y Mc Cartney, de Sting o en la pluma de Andrew Lloyd Weber, así como también en las notas de Rubén Blades o Juan Luis Guerra, por sólo nombrar algunos. Cuando ha sido creada con conciencia, con arte, atendiendo a los elementos que la conforman, no hay barreras de género, tiempo o lugar, ella trasciende. Es, verdaderamente, MÚSICA.

sábado, 13 de abril de 2013

Competencias de un director coral (apuntes de taller)


El director coral integra su quehacer en tres facetas:
1.- Como director intérprete
2.- como director constructor
3.- como director formador
Director Intérprete:
Cuando gracias a su formación en el lenguaje, teoría y análisis de la música, está en capacidad de establecer los criterios de interpretación que empleará en cada una de las obras que estudia. El intérprete actúa a solas con la partitura, estudiándola, analizándola, previendo los posibles obstáculos, planificando el trabajo, decidiendo el camino que recorrerá para revivir o recrear, las notas que yacen escritas y que son una guía gráfica de una idea sonora. Asimismo, el intérprete siempre trabaja sobre sí mismo, mejorando sus destrezas, su técnica y expresividad gestual, profundizando sus conocimientos, escuchando a otros coros y observando sus directores.
Director Constructor:
Es el que actúa cuando, como un ‘luthier’, fabrica su instrumento. Producto del estudio previo, el director conoce qué tipo de sonido requiere del coro para determinada obra y diseña cómo obtenerlo, qué ejercicios debe hacer, de qué manera puede hacer entender al coro su idea sonora, cómo lo entrena para lograrla. El constructor sabe de técnica vocal, de canto expresivo, conoce y es capaz de reproducir muchas maneras de cantar una misma línea. Si trabaja con un coro infantil el director sabe cómo funciona la voz en esas edades y es consciente  de su responsabilidad en el buen manejo vocal de sus niños.
Director Formador:
Es aquél que se interesa por el progreso individual de sus coralistas. Sabe, como líder, que si cada uno de sus cantores se supera, su instrumento, el coro, será mejor y el trabajo en el ensayo, más eficiente. Esta concepción influye en su metodología de ensayo ya que las actividades serán en función no sólo del montaje de la música sino de la mejora de su instrumento, en lo auditivo, rítmico, vocal, en la comprensión de la música, así como en la disociación, la concentración y la memoria.
FRENTE A LA PARTITURA 
Cantar cada voz decidiendo dónde serán las respiraciones, hacia qué punto va la frase, cómo será el manejo de las intensidades, qué articulaciones se emplearán, qué cualidad sonora exigirá, en qué momentos destaca una voz, etc. Una vez hecho este estudio, decide qué figura de batido usará y de qué manera su movimiento reforzará las ideas expresivas que ha tomado. Practica frente al espejo. 
Prevé los posibles retos que presenta la obra para su coro, por ejemplo, intervalos melódicos que serán abordados por primera vez, disonancias específicas, texto o pronunciación que requiera una práctica especial, y diseña los ejercicios que prepararán al coro para resolver estas situaciones. Los organiza y escribe.

 FRENTE AL CORO
Con más canto que palabras y más acción que explicación, hace notar lo que desea escuchar y cómo debe ser cantado. Aplica lo que tiene escrito en su partitura, fruto del estudio previo que hemos mencionado.
 MOVIMIENTOS
Los movimientos del coro durante el canto, deben ser practicados desde el calentamiento. Es importante ir acostumbrando a los coralistas a cantar mientras se mueven y sin perder la expresividad del canto. De allí que sea necesario anticipar esta unión con movimientos sencillos, de balanceo, palmas, etc, desde los ejercicios de vocalización. Incluir movimientos en determinadas canciones hace que sea un reto para el niño lograr ambas cosas simultáneamente y ofrece a la audiencia un espectáculo lleno de vida y energía. Los movimientos deben ser elegidos de manera tal que coincidan con la carga interpretativa del canto, es decir, que sean coherentes con la energía que se necesita para cantar y con la expresividad de la línea.
Generalmente los autores escriben a pie de página los movimientos que desean. Específicamente sé que el Maestro Alberto Grau, en sus obras, permite y desea que el director se sienta libre en la ejecución y recreación de los movimientos que él sugiere. Nosotros como directores podemos incluir movimientos en obras que no los contemplen si pensamos que al hacerlo la obra puede ganar en lo expresivo y en lo visual. No temamos ser creativos, busquemos inspiración y evitemos copiar todo. Hagamos propuestas.
 TÉCNICA GESTUAL
Todo movimiento debe generar una reacción sonora. De allí que sea tan importante saber lo que se quiere oír, cómo lograrlo y además estar atento al resultado.  El gesto debe estar en función de las decisiones tomadas en nuestro estudio como intérpretes.